Tardes de Cine: emoción, reflexión y muchas ganas de compartir
- YMCA Perú
- 22 jul
- 2 Min. de lectura
Dicen que una buena película puede tocarnos el corazón, hacernos reflexionar y hasta sanar. En nuestra sede de Pueblo Libre lo sabemos muy bien, y por eso cada viernes vivimos nuestras Tardes de Cine, un espacio donde nuestros adultos mayores no solo disfrutan de una buena historia, sino también de la compañía, el diálogo y el cariño de su comunidad.

Después de clases, nos tomamos dos horas para sentarnos juntos, ver una película inspiradora y disfrutar de la clásica canchita, una gaseosa o un rico cafecito. Pero el verdadero valor de esta actividad está en lo que sucede después: compartimos lo que sentimos, lo que nos hizo recordar, lo que aprendimos y cómo cada historia conecta con la vida real.
Estas tardes no son solo de ocio: son oportunidades para desarrollar la empatía, practicar la escucha activa, compartir desde la resiliencia, y crear un espacio seguro para expresar emociones. A través de las películas y las conversaciones que nacen tras los créditos finales, también fortalecemos la actitud positiva, la vida diaria con sentido, y la capacidad de ver el mundo desde distintas miradas.
Además, nuestros participantes se animan a dar su opinión, a guiar el diálogo y a apoyar a quienes quizás no se atreven a hablar al inicio. Así, florece la mentoría natural, donde cada experiencia de vida suma valor al grupo.
El cine también se convierte en un medio para impulsar el uso de habilidades tecnológicas, ya que muchos se interesan por saber cómo ver películas en casa, usar plataformas digitales o explorar más contenido relacionado.
Este pequeño ritual semanal se ha vuelto un espacio de bienestar emocional, donde lo importante no es solo la película, sino lo que se vive juntos: la risa compartida, el nudo en la garganta, las ideas que brotan, y el sentimiento de que nunca es tarde para emocionarse como niños.
Invitamos a más personas a unirse a estas tardes mágicas, donde el cine nos une, nos mueve y nos recuerda que la vida, como en las buenas películas, se disfruta mucho más cuando se vive en comunidad.
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